27 de mayo de 2010

Nuevas traducciones de la oración por la pronta beatificación del Venerable Pío XII



Esperanto


(Cortesía de D. Carlo Sarandrea)


Sardu



(Cortesía de Raimondo Mameli)


Shqipe



(Cortesía de Thomas Frachery)


Napoletano


(Cortesía de Enzo Gallo)


20 de mayo de 2010

Próximos actos conmemorativos en honor del venerable Pío XII en Roma. Homenaje a sor Margherita Marchione, su mayor biógrafa


Nuestro buen amigo, Don Livio Spinelli, secretario de la conocida e ilustre sor Margherita Marchione, nos ha hecho llegar el programa de los actos conmemorativos que tendrán lugar en honor del venerable Pío XII el próximo mes de junio en Roma y la localidad de Santa Marinella, coincidiendo con la presencia en Italia de la religiosa. Para información de nuestros gentiles lectores tenemos el gusto de publicar a continuación nuestra traducción castellana del material recibido.



ROMA FESTEJA A PÍO XII, EL ÚLTIMO PAPA ROMANO




Correos de Italia emite dos matasellos especiales conmemorativos


En ocasión de la visita a Italia de sor Margherita Marchione, profesora emérita de las Maestras Pías Filippini, han sido organizadas unas jornadas para recordar al Venerable Pío XII.

El 1º de junio, por la tarde, sor Margherita hablará para el centro de difusión de la Cultura Salotto Romano en la Biblioteca Vallicelliana (junto a la Chiesa Nuova), por invitación de la conocida revista Voce Romana.

El 2 de junio, día de San Eugenio (onomástico del papa Pacelli), en la Plaza de San Pedro, será bendecido el busto en bronce del Pontífice, obra del maestro Renato Palella, de 200 kilos de peso, que sará colocada después en el jardín del Santuario de Santa María de la Visitación en Santa Marinella (Roma).

Dicho jardín será dedicado “Al papa Pío XII y a los Justos del Mundo”, una especie de Yad Vashem cristiano, una ciudadela de la memoria histórica, donde se emplazará el monumento de la Campaña Africana en recuerdo de todos los soldados italianos caídos en África, que fuera bendecido por el Venerable Juan Pablo II.

En ese día Sor Margherita Marchione recibirá la ciudadanía honoraria de Santa Marinella y Correos de Italia sacará un matasellos especial alusivo.

El 3 de junio, por la tarde, los Poetas Romanos tributarán una especial bienvenida a Sor Margherita en el Teatro Tor di Nona (Via degli Acquasparta 16, Roma 00186).

El 4 de junio, en el Palazzo Ferrajoli (Piazza Colonna) de Roma, Sor Margherita Marchione disertará sobre “Eugenio Pacelli, Pío XII, el último papa romano”, acto en el que intervendrán: el Emmo. Cardenal Farina, bibliotecario de la Santa Iglesia Romana, el Senador Giulio Andreotti y el príncipe Lillio Ruspoli. El evento ha sido organizado por Editorial Pagine y su editor Luciano Lucarini, y por la Sección de Santa Marinella del GAR (Grupo Arqueológico Romano), habiendo Correos de Italia dispuesto la edición del segundo matasellos especial alusivo.

Se informa que el último libro de Sor Margherita Marchione La Vita Postuma di Papa Pio XII –con prólogo de Giulio Andreotti– se halla ya en imprenta para su próxima publicación por la Libreria Editrice Vaticana (LEV). En Estados Unidos –donde ya se publicó el pasado mes de abril el volumen que la religiosa dedica a su congregación en conmemoración de los Cien Años de la Provincia Norteamericana de las Maestras Pías Filippini– saldrá en inglés con el título The Posthumous Life of Pope Pius XII.

Previamente a este programa, Sor Margherita estará en Turín entre el 23 y el 25 de mayo para algunas conferencia y encuentros sobre el Venerable Pío XII por invitación de Massimo Introvigne.

Se incluye una biografía de Sor Margherita Marchione (ver más abajo), así como el programa de los principales eventos (ver más abajo) y los matasellos postales conmemorativos (ver arriba).


Prof. Livio Spinelli
Secretario de sor Margherita Marchione
Tel. 328-1238850




BIOGRAFÍA DE SOR MARGHERITA MARCHIONE











Programa de actividades de junio de 2010




13 de mayo de 2010

El Papa de Fátima relata cómo vio el milagro del sol en los jardines vaticanos






Como se sabe, el venerable Pío XII fue gratificado en vida con dos manifestaciones sobrenaturales: la visión del milagro del sol que había tenido lugar en Fátima en 1917 reproducido en los jardines vaticanos y la aparición de Nuestro Señor durante su grave enfermedad de 1954. Hoy nos ocuparemos de aquélla. Recordemos, para empezar, que el papa Pacelli está misteriosamente vinculado a Fátima, pues fue consagrado obispo por el papa Benedicto XV, en la Capilla Sixtina (foto arriba), la misma mañana del 13 de mayo de 1917 en la que la Santísima Virgen se aparecía a los tres pastorcillos. Además, durante su pontificado se hizo eco de la petición de Nuestra Señora hecha a través de sor Lucía en Tuy (aparición de 1929) para que el Papa consagrase a Rusia a su Inmaculado Corazón, cosa que Pío XII hizo en 1952 mediante la carta apostólica Sacro vergente anno, aunque sin el concurso colegial de todos los obispos del mundo (como lo había indicado la Virgen).

Se sabía que el venerable Pío XII había visto el milagro del sol de Fátima en los jardines vaticanos por una homilía que el cardenal Federico Tedeschini, enviado al lugar de las apariciones como legado pontificio para clausurar el año santo 1950, pronunció el 13 de octubre de 1951 y en la que afirmó que el Papa había visto lo mismo que presenciaron los testigos que estaban presentes en Fátima el día de la última aparición (13 de octubre de 1917). Esta revelación fue ampliamente difundida por la prensa de la época y por la imaginería religiosa, llegándose a imprimir millares de estampas que representaban la escena de Pío XII mirando hacia el sol danzante sobre los jardines vaticanos (en España se hizo célebre el calendario de bolsillo editado por Heraclio Fournier). Pero no se tenía una versión directa del episodio.

En noviembre de 2008, uno de los biógrafos contemporáneos más conocidos del venerable Pío XII, Andrea Tornielli, reveló el descubrimiento, entre los papeles privados de la familia Pacelli, de un autógrafo del Papa en el que se lee el relato de lo que vio más de una vez en aquel otoño del año jubilar de 1950. El documento es de un extraordinario valor por ser de primera mano, por su inmediatez y por su lenguaje natural (alejado del gran estilo que caracterizaba la oratoria y los escritos oficiales de Pacelli), y confirma plenamente lo que ya se sabía por vía indirecta. Dejemos hablar al protagonista con sus propias palabras. Reproducimos a continuación el texto original en italiano, seguido de nuestra traducción castellana. Es el mejor homenaje que podemos hacer hoy al Papa que fue consagrado obispo un día como hoy de 1917.


Visión fatimista de Pío XII
(ilustración de La Domenica del Corriere)


«Era il 30 ottobre 1950, antivigilia del giorno, da tutto il mondo cattolico atteso con tanta ansia, della solenne definizione dell'assunzione in cielo di Maria Santissima. Verso le ore 4 pom. facevo la consueta passeggiata nei giardini vaticani, leggendo e studiando, come di solito, varie carte di ufficio. Salivo dal piazzale della Madonna di Lourdes verso la sommità della collina, nel viale di destra che costeggia il muraglione di cinta. A un certo momento, avendo sollevato gli occhi dai fogli che avevo in mano, fui colpito da un fenomeno, mai fino allora da me veduto. Il sole, che era ancora abbastanza alto, appariva come un globo opaco giallognolo, circondato tutto intorno da un cerchio luminoso, che però non impediva in alcun modo di fissare attentamente il sole, senza riceverne la minima molestia. Una leggerissima nuvoletta trovavasi davanti. Il globo opaco si muoveva all'esterno leggermente, sia girando, sia spostandosi da sinistra a destra e viceversa. Ma nell'interno del globo si vedevano con tutta chiarezza e senza interruzione fortissimi movimenti.

«Lo stesso fenomeno si ripeté il giorno seguente, 31 ottobre, e il 1° novembre, giorno della definizione; e poi di nuovo l'8 novembre, ottava della stessa solennità. Quindi non più. Varie volte cercai negli altri giorni, alla stessa ora e in condizioni atmosferiche uguali o assai simili, di guardare il sole per vedere se appariva il medesimo fenomeno, ma invano; non potei fissare nemmeno per un istante, rimaneva subito la vista abbagliata.

«Nei giorni seguenti manifestai il fatto a pochi intimi e a un piccolo gruppo di Cardinali (forse quattro o cinque), fra i quali era il Cardinal Tedeschini. Quando questi, prima della sua partenza per la sua missione di Fatima, venne a visitarmi, mi espresse il suo proposito di parlarne nella sua Omelia. Gli risposi: "Lascia stare, non è il caso". Ma egli insistette sostenendo l'opportunità, di tale annuncio, ed io allora gli spiegai alcuni particolari dell'avvenimento. Questa è, in brevi e semplici termini, la pura verità».

El autógrafo papal


«Era el 30 de octubre de 1950, antevigilia del día, esperado con tantas ansias por todo el mundo católico, de la solemne definición de la Asunción al cielo de María Santísima. Hacia las 4 de la tarde, realizaba mi acostumbrado paseo por los jardines vaticanos, leyendo y estudiando, como siempre, varios documentos de despacho. Iba subiendo desde la plaza de la Virgen de Lourdes hacia la cima de la colina, por el camino a la derecha que discurre paralelo a lo largo de la muralla. De repente, habiendo alzado los ojos de los folios que tenía en la mano, fui sorprendido por un fenómeno que no había visto nunca hasta entonces. El sol, que todavía estaba bastante alto, aparecía como un globo opaco amarillento, rodeado completamente por un aro luminoso, que, sin embargo, no impedía en modo alguno mirar fijamente al sol, sin experimentar la mínima molestia. Sólo tenía delante una ligerísima nubecilla. El globo opaco se movía ligeramente hacia afuera, sea girando, sea yendo de izquierda a derecha y viceversa. Pero en el interior del globo se veían con toda claridad y sin interrupción movimientos fuertísimos.

«El mismo fenómeno se repitió al día siguiente, 31 de octubre, y el 1º de noviembre, día de la definición; y, de nuevo más tarde el 8 de noviembre, octava de la misma solemnidad. Desde entonces no más. Varias veces, en los días siguientes, a la misma hora y con las mismas o similares condiciones atmosféricas, procuré mirar al sol para ver si aparecía el mismo fenómeno, pero fue en vano. No podía mirarlo ni siquiera por un instante pues la vista quedaba inmediatamente cegada.

«Durante los siguientes días di a conocer el hecho a pocos íntimos y a un pequeño grupo de cardenales (tal vez cuatro o cinco), entre los cuales estaba el cardenal Tedeschini. Cuando éste, antes de su partida para la misión de Fátima, vino a visitarme, me comunicó su propósito de hablar de ello en su homilía. Yo le respondí: “Déjalo estar, no es el caso”. Pero él insistió, defendiendo lo oportuno de semejante anuncio, y entonces le expliqué algunos detalles del acontecimiento. Ésta es, en breves y sencillos términos, la pura verdad ».



El calendario Fournier, muy difundido en España