Benedicto XVI ha vuelto a hablar de su augusto predecesor el Siervo de Dios Pío XII, de venerada memoria. Ha sido hoy, el primer domingo de Adviento, en ocasión de su visita como obispo de Roma a la parroquia de San Lorenzo Extramuros. Durante la homilía, el Santo Padre ha recordado que el papa Pacelli acudió inmediatamente después de un mortífero bombardeo de los Aliados sobre el popular barrio de San Lorenzo al lugar del trágico hecho para estar cerca de las víctimas y de los damnificados. Además de muchas viviendas de gente humilde, las bombas habían destruido la venerable y antiquísima basílica dedicada al diácono español, así como parte del cementerio adyacente del Campo Verano (donde, por cierto, la tumba familiar de los Pacelli quedó seriamente dañada).
Pío XII hizo repartir entre los presentes todo el dinero y la ayuda material que pudo recolectar al salir del Vaticano y que le aprontó el entonces substituto de la Secretaría de Estado monseñor Giovanni Battista Montini (futuro Pablo VI), testigo de primera mano de aquellas trágicas jornadas. Pero fue sobre todo el apoyo espiritual del Papa lo que conmovió a la gente, entre la que se mezcló diligente y compasivo, prodigando palabras de consuelo, reconfortantes bendiciones y su absolución sacerdotal. Su blanca sotana quedó impregnada de sangre inocente y del hollín de las todavía ardientes ruinas. Hoy una estatua del pontífice frente a la basílica reconstruida recuerda la pastoral solicitud de aquel a quien Roma saluda como el Defensor Civitatis.
Reproducimos el pasaje de la homilía de Su Santidad el Papa felizmente reinante, en el que hace mención honrosa del gran Pío XII:
“Cade quest’anno il 50° anniversario della morte del Servo di Dio, Papa Pio XII, e questo ci richiama alla memoria un evento particolarmente drammatico nella storia plurisecolare della vostra Basilica, verificatosi durante il secondo conflitto mondiale, quando, esattamente il 19 luglio 1943, un violento bombardamento inflisse danni gravissimi all’edificio e a tutto il quartiere, seminando morte e distruzione. Non potrà mai essere cancellato dalla memoria della storia il gesto generoso compiuto in quella occasione da quel mio venerato Predecessore, che corse immediatamente a soccorrere e consolare la popolazione duramente colpita, tra le macerie ancora fumanti”.
Nuestra traducción:
“Se cumple en este año el 50º aniversario de la muerte del Siervo de Dios el papa Pío XII y esto nos trae a la memoria un acontecimiento particularmente dramático en la historia multisecular de vuestra basílica que tuvo lugar durante el segundo conflicto mundial, cuando, exactamente el 19 de julio de 1943, un violento bombardeo infligió daños gravísimos al edificio y a todo el barrio, sembrando muerte y destrucción. No podrá borrarse nunca de la memoria de la Historia el gesto generoso cumplido en aquella ocasión por mi venerado predecesor, que corrió inmediatamente a socorrer y consolar a la población duramente castigada, entre escombros aún humeantes”.
Pío XII hizo repartir entre los presentes todo el dinero y la ayuda material que pudo recolectar al salir del Vaticano y que le aprontó el entonces substituto de la Secretaría de Estado monseñor Giovanni Battista Montini (futuro Pablo VI), testigo de primera mano de aquellas trágicas jornadas. Pero fue sobre todo el apoyo espiritual del Papa lo que conmovió a la gente, entre la que se mezcló diligente y compasivo, prodigando palabras de consuelo, reconfortantes bendiciones y su absolución sacerdotal. Su blanca sotana quedó impregnada de sangre inocente y del hollín de las todavía ardientes ruinas. Hoy una estatua del pontífice frente a la basílica reconstruida recuerda la pastoral solicitud de aquel a quien Roma saluda como el Defensor Civitatis.
Reproducimos el pasaje de la homilía de Su Santidad el Papa felizmente reinante, en el que hace mención honrosa del gran Pío XII:
“Cade quest’anno il 50° anniversario della morte del Servo di Dio, Papa Pio XII, e questo ci richiama alla memoria un evento particolarmente drammatico nella storia plurisecolare della vostra Basilica, verificatosi durante il secondo conflitto mondiale, quando, esattamente il 19 luglio 1943, un violento bombardamento inflisse danni gravissimi all’edificio e a tutto il quartiere, seminando morte e distruzione. Non potrà mai essere cancellato dalla memoria della storia il gesto generoso compiuto in quella occasione da quel mio venerato Predecessore, che corse immediatamente a soccorrere e consolare la popolazione duramente colpita, tra le macerie ancora fumanti”.
Nuestra traducción:
“Se cumple en este año el 50º aniversario de la muerte del Siervo de Dios el papa Pío XII y esto nos trae a la memoria un acontecimiento particularmente dramático en la historia multisecular de vuestra basílica que tuvo lugar durante el segundo conflicto mundial, cuando, exactamente el 19 de julio de 1943, un violento bombardeo infligió daños gravísimos al edificio y a todo el barrio, sembrando muerte y destrucción. No podrá borrarse nunca de la memoria de la Historia el gesto generoso cumplido en aquella ocasión por mi venerado predecesor, que corrió inmediatamente a socorrer y consolar a la población duramente castigada, entre escombros aún humeantes”.
Fuente: Boletín diario de la Sala de Prensa de la Santa Sede del 30.XI.2008
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