Nuestro querido amigo, el prof. Don Livio Spinelli, nos envía esta reseña de la agencia de prensa Fides sobre una interesantísima y reveladora entrevista al dr. Michael Tagliacozzo, historiador ítalo-judío escapado de la persecución nazi en Roma y residente actualmente, a sus 88 años, en Israel. En el artículo se hace mención de la presentación de un nuevo libro de sor Margherita Marchione, ilustre defensora de la figura de Pío XII y amiga del SIPA. Su presencia en Italia está anunciada para este mes de mayo y desde este blog seguiremos el programa siempre interesante de sus actividades. A continuación, ofrecemos nuestra traducción del recorte periodístico:
En ocasión de la presentación del nuevo libro de sor Margherita Marchione que tendrá lugar el próximo 22 de mayo, a las 16 horas, en la sala de conferencias del Palazzo Marini de la Cámara de Diputados, el presidente de la Asociación Amigos de Totò, dr. Alberto De Marco entrevistó recientemente por teléfono al prof. Michael Tagliacozzo, considerado uno de los más autorizados historiadores en vida, con la ayuda de una traductora de excepción: la profesora y poetisa Emilia Palmieri Collins. La iniciativa tenía como propósito despejar el campo de los juicios no del todo positivos expresados en varias ocasiones por la comunidad judía –aunque no sólo por ella– respecto de Pío XII en relación con una supuesta falta de intervención por parte del Vaticano condenando las persecuciones nazi-fascistas contra los judíos.
Esta entrevista a Michael Tagliacozzo (foto), judío romano nacido en 1921, sobreviviente del holocausto y que hoy vive en Israel como miembro del kibbutz Nir Etsiyon en el monte Carmelo, tiene, pues, un gran relieve histórico y testimonial y es acreedora de la máxima atención. El entrevistado, en efecto, está considerado como uno de los mayores estudiosos del tema de las vicisitudes históricas de la comunidad israelítica romana. No obstante su avanzada edad, con la ayuda de su excepcional memoria continúa trabajando con denuedo especialmente en la obra de reconstrucción histórica de los acontecimientos que ocurrieron durante la última gran conflagración. Actualmente, dirige la sección “Italia” del Beth Lohamé Haghettaot, uno de los principales museos y centros de estudios existentes en Israel, importante por su vasta documentación histórica sobre el holocausto y sobre la Segunda guerra Mundial.
Las preguntas que le fueron dirigidas tenían como intención encuadrar la figura del papa Pacelli a través de un testimonio autorizado al mismo tiempo que indiscutible en el ámbito de la comunidad judía y desbrozar un terreno invadido por la sospecha y la duda. La primera cuestión planteada al prof. Tagliacozzo se refirió al justo homenaje del que será objeto en el mes de diciembre de 2009 mediante el otorgamiento de la medalla de plata de la Presidencia de la República, que le será consignada en la Sala de Conferencias de la Cámara de Diputados, como premio a toda una carrera, en el marco de la XII edición de los Concursos Internacionales Antonio de Curtis, Totò, por su contribución a la reconstrucción de la verdad histórica en el siglo XX. El entrevistado expresa su profunda gratitud por este reconocimiento a su dedicación a esclarecer la verdad en relación con un pontífice víctima de una distorsión histórica que de algún modo había que corregir. Al mismo tiempo, encarga al entrevistador transmitir su afectuoso saludo a sor Margherita Marchione y a todos aquellos que participarán en la presentación del libro Papa Pío XII. Un antologia di testi nel 70º aniversario dell’incoronazione (El papa Pío XII. Antología de textos en ocasión del 70º aniversario de su coronación).
Entremos ahora en el meollo de la entrevista de De Marco:
Las preguntas que le fueron dirigidas tenían como intención encuadrar la figura del papa Pacelli a través de un testimonio autorizado al mismo tiempo que indiscutible en el ámbito de la comunidad judía y desbrozar un terreno invadido por la sospecha y la duda. La primera cuestión planteada al prof. Tagliacozzo se refirió al justo homenaje del que será objeto en el mes de diciembre de 2009 mediante el otorgamiento de la medalla de plata de la Presidencia de la República, que le será consignada en la Sala de Conferencias de la Cámara de Diputados, como premio a toda una carrera, en el marco de la XII edición de los Concursos Internacionales Antonio de Curtis, Totò, por su contribución a la reconstrucción de la verdad histórica en el siglo XX. El entrevistado expresa su profunda gratitud por este reconocimiento a su dedicación a esclarecer la verdad en relación con un pontífice víctima de una distorsión histórica que de algún modo había que corregir. Al mismo tiempo, encarga al entrevistador transmitir su afectuoso saludo a sor Margherita Marchione y a todos aquellos que participarán en la presentación del libro Papa Pío XII. Un antologia di testi nel 70º aniversario dell’incoronazione (El papa Pío XII. Antología de textos en ocasión del 70º aniversario de su coronación).
Entremos ahora en el meollo de la entrevista de De Marco:
P. ¿Cómo pudo salvarse uno de los sobrevivientes de la redada nazi contra los judíos del 16 de octubre de 1943 en la Ciudad Eterna?
R. Mi familia residía en Monteverde Nuevo y, por lo tanto, no fui testigo del cruel asedio del Ghetto romano. Ese 16 de octubre me encontraba en casa de mi novia en la vía Adalberto sobre la Nomentana. A las 6 de la mañana dos SS irrumpieron en el apartamento. Logré librarme de ser capturado colándome en el piso situado en el entresuelo a través de una ventana. Aún estaba en pijama. Mi novia, un hermano y su madre fueron capturados y muertos en Auschwitz. Soy, pues, uno de los judíos que sobrevivieron al rastreo alemán y encontré refugio en el Seminario Mayor romano, en la zona extraterritorial de Letrán.
P. ¿Le molesta el hecho de que continúe el proceso de beatificación de Pío XII?
R. ¡En absoluto! No me molesta de ninguna manera. La beatificación y canonización son procesos internos de la Iglesia y no veo por qué los judíos tengamos que entrometernos. La Iglesia tiene sus reglas, sus rituales y proclama sus santos.
P. ¿Le consta que haya habido una recomendación u orden dada por Pío XII para salvar a los judíos?
R. Ciertamente que hubo una orden de lo alto. Lo afirmó el entonces vicerrector mons. Luigi Traglia (foto) la noche de Navidad de 1943 en la misa que hubo en una capilla del Lateranense. Los refugiados políticos y los judíos asistimos a la ceremonia. Al final pronunció algunas palabras de ánimo y, cuando le agradecimos, respondió: “Agradezcan al Santo Padre, que así lo ha querido”. Es claro que sin una orden del Papa no se habrían abierto las puertas de los conventos y no se hubiera levantado la “clausura” en los monasterios femeninos que acogieron hombres, mujeres y niños. Los niños del orfanato israelítico hallaron refugio en uno de esos conventos, gracias a la gestión de su directora Margherita Di Cave.
P. ¿Cuántos judíos pudieron beneficiarse de la hospitalidad de los conventos por la intervención de sacerdotes y monjas?
R. Según las estadísticas estudiadas y aportadas por el conocido historiador Renzo De Felice, cerca de cinco mil personas fueron acogidos en instituciones eclesiásticas. De éstas, 4.238 en los conventos, monasterios y otras instituciones religiosas, mientras 477 encontraron refugio en el Vaticano y en las zonas extraterritoriales de la Santa Sede.
P. El acogimiento a favor de los judíos, de los opositores al régimen dictatorial y de los numerosos perseguidos, ¿estuvo determinada por la voluntad de pocos representantes de la Iglesia Romana?
R. La organización y la extensión de los acogimientos no pueden no ser una discreta directiva proveniente de las más altas instancias.
P. ¿Cómo juzga el proceder de Pío XII antes del 16 de octubre de 1943 y después de esta fecha?
R. Bastaría releer la encíclica Mystici Corporis Christi de junio de 1943 y los editoriales de L’Osservatore Romano, antes y durante la guerra, que no habrían sido publicados sin el tácito beneplácito de Pío XII.
P. Los principales medios de información del Vaticano, Radio Vaticana y L’Osservatore Romano, ¿fueron utilizados adecuadamente?
R. Se difundían adecuadamente con prudencia. El que era sorprendido en los quioscos comprando L’Osservatore Romano era maltratado por escuadristas [miembros de las fuerzas de Asalto fascistas, n. del t.]. Los quiosqueros más avispados vendían el periódico insertado en las páginas de alguna publicación fascista.
P. En la séptima sala del Yad Vashem existe un panel en el cual, al lado de la fotografía de Eugenio Pacelli, pontífice con el nombre de Pío XII, hay una leyenda que lo apostrofa como responsable del silencio y de la ausencia de directrices para denunciar el holocausto. Respecto a esto, ¿le parecen excesivas las reacciones de los sucesivos nuncios apostólicos, monseñor Pietro Sambi en 2005 y monseñor Antonio Franco en 2007, y la reciente (“dulce en el fondo”) del papa Benedicto XVI en 2009?
R. El famoso panel no es otra cosa que un enésimo ataque difundido para gusto de la masa ignorante. El promotor de la inclusión de esa leyenda se olvidó de colocar una segunda que recuerde “las responsabilidades de los gobiernos norteamericano y británico en la tragedia de los judíos de Europa”, denunciadas en 1942 por el ministro americano Morgenthau y publicada en junio de 1948 en la Rassegna Mensile d’Israele (Reseña Mensual de Israel), revista editada por la Unión de las Comunidades Israelíticas Italianas.
P. El prof. Alberto Melloni en un artículo en el Corriere della Sera del 28 de diciembre de 2004 sostuvo que “al nuncio Roncalli en Francia, el papa Pío XII habría transmitido, a través del Santo Oficio, órdenes escalofriantes, o sea: no restituir a los niños judíos salvados, en caso de haber sido bautizados, a las organizaciones judías o a sus padres sobrevivientes”. En el artículo de precisa, además, que el futuro papa Juan XXIII desatendió las órdenes recibidas. ¿Tiene fundamento histórico esta afirmación del prof. Melloni?
R. Ha difundido una circunstancia sin citar su proveniencia ni su repectiva documentación.
P. En días pasados en un teatro romano se ha vuelto a representar el drama El Vicario del dramaturgo alemán Rolf Hochhuth, con el cual fue el primero en plantear, en 1963, la cuestión del silencio de Pío XII sobre el holocausto, construyéndose de ese modo, acusando al Papa, su imagen y notoriedad. ¿Era Hochhuth impulsado en sus valoraciones por alguien o por algo?
R. El engañoso drama El Vicario suscitó, como es sabido, la “leyenda negra” elaborada mediante la exposición de hechos dictados por la imaginación tendenciosa de un autor en busca de publicidad.
R. Mi familia residía en Monteverde Nuevo y, por lo tanto, no fui testigo del cruel asedio del Ghetto romano. Ese 16 de octubre me encontraba en casa de mi novia en la vía Adalberto sobre la Nomentana. A las 6 de la mañana dos SS irrumpieron en el apartamento. Logré librarme de ser capturado colándome en el piso situado en el entresuelo a través de una ventana. Aún estaba en pijama. Mi novia, un hermano y su madre fueron capturados y muertos en Auschwitz. Soy, pues, uno de los judíos que sobrevivieron al rastreo alemán y encontré refugio en el Seminario Mayor romano, en la zona extraterritorial de Letrán.
P. ¿Le molesta el hecho de que continúe el proceso de beatificación de Pío XII?
R. ¡En absoluto! No me molesta de ninguna manera. La beatificación y canonización son procesos internos de la Iglesia y no veo por qué los judíos tengamos que entrometernos. La Iglesia tiene sus reglas, sus rituales y proclama sus santos.
P. ¿Le consta que haya habido una recomendación u orden dada por Pío XII para salvar a los judíos?
R. Ciertamente que hubo una orden de lo alto. Lo afirmó el entonces vicerrector mons. Luigi Traglia (foto) la noche de Navidad de 1943 en la misa que hubo en una capilla del Lateranense. Los refugiados políticos y los judíos asistimos a la ceremonia. Al final pronunció algunas palabras de ánimo y, cuando le agradecimos, respondió: “Agradezcan al Santo Padre, que así lo ha querido”. Es claro que sin una orden del Papa no se habrían abierto las puertas de los conventos y no se hubiera levantado la “clausura” en los monasterios femeninos que acogieron hombres, mujeres y niños. Los niños del orfanato israelítico hallaron refugio en uno de esos conventos, gracias a la gestión de su directora Margherita Di Cave.
P. ¿Cuántos judíos pudieron beneficiarse de la hospitalidad de los conventos por la intervención de sacerdotes y monjas?
R. Según las estadísticas estudiadas y aportadas por el conocido historiador Renzo De Felice, cerca de cinco mil personas fueron acogidos en instituciones eclesiásticas. De éstas, 4.238 en los conventos, monasterios y otras instituciones religiosas, mientras 477 encontraron refugio en el Vaticano y en las zonas extraterritoriales de la Santa Sede.
P. El acogimiento a favor de los judíos, de los opositores al régimen dictatorial y de los numerosos perseguidos, ¿estuvo determinada por la voluntad de pocos representantes de la Iglesia Romana?
R. La organización y la extensión de los acogimientos no pueden no ser una discreta directiva proveniente de las más altas instancias.
P. ¿Cómo juzga el proceder de Pío XII antes del 16 de octubre de 1943 y después de esta fecha?
R. Bastaría releer la encíclica Mystici Corporis Christi de junio de 1943 y los editoriales de L’Osservatore Romano, antes y durante la guerra, que no habrían sido publicados sin el tácito beneplácito de Pío XII.
P. Los principales medios de información del Vaticano, Radio Vaticana y L’Osservatore Romano, ¿fueron utilizados adecuadamente?
R. Se difundían adecuadamente con prudencia. El que era sorprendido en los quioscos comprando L’Osservatore Romano era maltratado por escuadristas [miembros de las fuerzas de Asalto fascistas, n. del t.]. Los quiosqueros más avispados vendían el periódico insertado en las páginas de alguna publicación fascista.
P. En la séptima sala del Yad Vashem existe un panel en el cual, al lado de la fotografía de Eugenio Pacelli, pontífice con el nombre de Pío XII, hay una leyenda que lo apostrofa como responsable del silencio y de la ausencia de directrices para denunciar el holocausto. Respecto a esto, ¿le parecen excesivas las reacciones de los sucesivos nuncios apostólicos, monseñor Pietro Sambi en 2005 y monseñor Antonio Franco en 2007, y la reciente (“dulce en el fondo”) del papa Benedicto XVI en 2009?
R. El famoso panel no es otra cosa que un enésimo ataque difundido para gusto de la masa ignorante. El promotor de la inclusión de esa leyenda se olvidó de colocar una segunda que recuerde “las responsabilidades de los gobiernos norteamericano y británico en la tragedia de los judíos de Europa”, denunciadas en 1942 por el ministro americano Morgenthau y publicada en junio de 1948 en la Rassegna Mensile d’Israele (Reseña Mensual de Israel), revista editada por la Unión de las Comunidades Israelíticas Italianas.
P. El prof. Alberto Melloni en un artículo en el Corriere della Sera del 28 de diciembre de 2004 sostuvo que “al nuncio Roncalli en Francia, el papa Pío XII habría transmitido, a través del Santo Oficio, órdenes escalofriantes, o sea: no restituir a los niños judíos salvados, en caso de haber sido bautizados, a las organizaciones judías o a sus padres sobrevivientes”. En el artículo de precisa, además, que el futuro papa Juan XXIII desatendió las órdenes recibidas. ¿Tiene fundamento histórico esta afirmación del prof. Melloni?
R. Ha difundido una circunstancia sin citar su proveniencia ni su repectiva documentación.
P. En días pasados en un teatro romano se ha vuelto a representar el drama El Vicario del dramaturgo alemán Rolf Hochhuth, con el cual fue el primero en plantear, en 1963, la cuestión del silencio de Pío XII sobre el holocausto, construyéndose de ese modo, acusando al Papa, su imagen y notoriedad. ¿Era Hochhuth impulsado en sus valoraciones por alguien o por algo?
R. El engañoso drama El Vicario suscitó, como es sabido, la “leyenda negra” elaborada mediante la exposición de hechos dictados por la imaginación tendenciosa de un autor en busca de publicidad.
P. Como muchos recuerdan, Rolf Hochhuth en febrero de 2005, se alineó con el historiador autodidacta antisemita inglés David Irving, autor de numerosas obras sobre la Segunda Guerra Mundial, el cual presenta a Adolf Hitler bajo una luz favorable. Irving, criticado por sus posturas filo-nazis, perdió en el año 2000 el juicio por difamación que había interpuesto contra la estudiosa judía Deborah Lipstadt, autora del libro Denying the Holocaust (Free Press, 1993), en el que lo acusaba de negacionismo. ¿Cómo debe ser interpretada la actitud de Hochhuth hacia Irving (foto)?
R. Su ideología está ampliamente demostrada por sus intervenciones escritas y orales fuera de lugar. No vale la pena refutar las divagaciones de un nostálgico incurable.
P. ¿Los escritores Susan Zuccotti y John Cornwell son únicamente unos detractores?
R. Susan Zuccotti es una excelente escritora pero no es objetiva. Cita ampliamente la documentación de circunstancias y acontecimientos que parecen favorecer su pensamiento, mientras concede un espacio limitado a la documentación de la parte opuesta. Está, efectivamente, predispuesta en contra cuando se trata del proceder de Pío XII. Sobre Cornwell no me puedo pronunciar. No he tenido ocasión de leer sus escritos y no he seguido las polémicas que ha suscitado.
R. Su ideología está ampliamente demostrada por sus intervenciones escritas y orales fuera de lugar. No vale la pena refutar las divagaciones de un nostálgico incurable.
P. ¿Los escritores Susan Zuccotti y John Cornwell son únicamente unos detractores?
R. Susan Zuccotti es una excelente escritora pero no es objetiva. Cita ampliamente la documentación de circunstancias y acontecimientos que parecen favorecer su pensamiento, mientras concede un espacio limitado a la documentación de la parte opuesta. Está, efectivamente, predispuesta en contra cuando se trata del proceder de Pío XII. Sobre Cornwell no me puedo pronunciar. No he tenido ocasión de leer sus escritos y no he seguido las polémicas que ha suscitado.
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