En esta semana (15-17 de septiembre) ha tenido lugar en el Palazzo Salviati alla Lungara (Roma) un simposio promovido por la Pave the Way Foundation, organización con sede en Nueva York, presidida por el judío estadounidense Gary L. Krupp y que agrupa, entre otros, a un buen número de rabinos de los Estados Unidos. El tema ha sido la figura de Pío XII, más que oportuno en el contexto de la conmemoración del cincuentenario de su tránsito y cuando crecen las voces que hablan de una inminente beatificación. Esta iniciativa es tanto más importante cuanto que generalmente se cree que los judíos,en general son contrarios, al papa Pacelli y nada es más falso. Lo que pasa es que ciertas minorías del mundo hebreo que sí son hostiles a su venerable memoria cuentan con mayor financiación, poder y resonancia.
Han participado en el evento romano: el obispo Monseñor Sergio Pagano, prefecto del Archivo Secreto Vaticano; el R.P. Peter Gumpel, historiador jesuita y relator de la causa de beatificación de Pío XII; el R.P. Pierre Blet, también jesuita e historiador (es un gran experto en la historia de las representaciones diplomáticas pontificias) y compilador de las actas y documentos de la Santa Sede relativos a la Segunda Guerra Mundial; Martin Gilbert, biógrafo de Churchill, Sor Margherita Marchione, Doctora en Filosofía y autora de numerosos libros en defensa de Pío XII, y el vaticanista Andrea Tornielli, a quien se debe una documentada biografía reciente del papa Pacelli.
El Santo Padre Benedicto XVI recibió hoy en audiencia privada, en la villa papal estival de Castelgandolfo, a los organizadores y participantes del simposio sobre Pío XII, dirigiéndoles la alocución que transcribimos a continuación en el inglés original y que, a no dudarlo, constituirá un importante hito en los pronunciamientos que sobre Pío XII han ido haciendo sus sucesores en el santo solio. He aquío el texto, tal como aparece en boletín de la sala de prensa vaticana del día de hoy:
UDIENZA AI PARTECIPANTI AL SIMPOSIO PROMOSSO DALLA "PAVE THE WAY FOUNDATION"
Discorso del Santo Padre
Dear Mr Krupp,
Ladies and Gentlemen,
Ladies and Gentlemen,
I am happy to meet with you at the conclusion of the important symposium organized by the Pave the Way Foundation. I know that many eminent scholars have participated in this reflection on the numerous works of my beloved predecessor - the Servant of God Pope Pius XII - accomplished during the difficult period around the time of the second world war. I warmly welcome each of you especially Mr Gary Krupp, President of the Foundation, whom I thank for the kind words expressed on your behalf. I am grateful to him for informing me how your work has been undertaken during the symposium. You have analyzed without bias the events of history and concerned yourselves only with seeking the truth. I also greet those accompanying you on this visit, as well as your family members and loved ones at home.
The focus of your study has been the person and the tireless pastoral and humanitarian work of Pius XII, Pastor Angelicus. Fifty years have passed since his pious death here at Castel Gandolfo early on the ninth of October 1958, after a debilitating disease. This anniversary provides an important opportunity to deepen our knowledge of him, to meditate on his rich teaching and to analyze thoroughly his activities. So much has been written and said of him during these last five decades and not all of the genuine facets of his diverse pastoral activity have been examined in a just light. The aim of your symposium has been precisely to address some of these deficiencies, conducting a careful and documented examination of many of his interventions, especially those in favour of the Jews who in those years were being targeted all over Europe, in accordance with the criminal plan of those who wanted to eliminate them from the face of the earth. When one draws close to this noble Pope, free from ideological prejudices, in addition to being struck by his lofty spiritual and human character one is also captivated by the example of his life and the extraordinary richness of his teaching. One can also come to appreciate the human wisdom and pastoral intensity which guided him in his long years of ministry, especially in providing organized assistance to the Jewish people.
Thanks to the vast quantity of documented material which you have gathered, supported by many authoritative testimonies, your symposium offers to the public forum the possibility of knowing more fully what Pius XII achieved for the Jews persecuted by the Nazi and fascist regimes. One understands, then, that wherever possible he spared no effort in intervening in their favour either directly or through instructions given to other individuals or to institutions of the Catholic Church. In the proceedings of your convention you have also drawn attention to his many interventions, made secretly and silently, precisely because, given the concrete situation of that difficult historical moment, only in this way was it possible to avoid the worst and save the greatest number of Jews. This courageous and paternal dedication was recognized and appreciated during and after the terrible world conflict by Jewish communities and individuals who showed their gratitude for what the Pope had done for them. One need only recall Pius XII’s meeting on the 29th of November 1945 with eighty delegates of German concentration camps who during a special Audience granted to them at the Vatican, wished to thank him personally for his generosity to them during the terrible period of Nazi-fascist persecution.
Ladies and Gentlemen, thank you for your visit and for the research you have undertaken. Thanks also to the Pave the Way Foundation for its ongoing activity in promoting relationships and dialogue between religions, as witnesses of peace, charity and reconciliation. It is my great hope that this year, which marks the fiftieth-anniversary of my venerated predecessor’s death, will provide the opportunity to promote in-depth studies of various aspects of his life and his works in order to come to know the historical truth, overcoming every remaining prejudice. With these sentiments I invoke upon you and the proceedings of your symposium an abundance of divine blessings.
Traducción española (cortesía de La buhardilla de Jerónimo):
Estimado Señor Krupp, gentiles señoras y señores:
Es para mí un verdadero placer encontraros al término del importante simposio promovido por la Pave the Way Foundation, que ha contado con la participación de eminentes estudiosos para reflexionar juntos sobre la generosa obra realizada por mi venerado Predecesor, el Siervo de Dios Pío XII, durante el difícil período del siglo pasado, en torno a la segunda guerra mundial. A cada uno dirijo mi más cordial bienvenida. Saludo, en modo particular, al Señor Gary Krupp, Presidente de la Fundación, y le agradezco los sentimientos expresados en nombre de todos los presentes. Le agradezco por la información que me ha dado sobre cómo se han desarrollado vuestros trabajos en este simposio, en el que habéis analizado sin preconceptos los eventos de la historia, únicamente preocupados por buscar la verdad. Mi saludo se extiende a cuantos están unidos a vosotros en esta visita, y aprovecho la ocasión para enviar mi cordial saludo a vuestros familias y personas queridas.
Durante estos días, vuestra atención se ha dirigido a la figura y a la infatigable acción pastoral y humanitaria de Pío XII, Pastor Angelicus. Ha pasado medio siglo desde su piadosa muerte, que ocurrió aquí en Castelgandolfo, en las primeras horas del 9 de octubre de 1958, después de una enfermedad que redujo gradualmente su vigor físico. Este aniversario constituye una importante oportunidad para profundizar el conocimiento sobre él, para meditar su rica enseñanza, y para analizar completamente su obra. Mucho se ha escrito y se ha dicho de él en estas cinco décadas y no siempre se han puesto en su justa luz los verdaderos aspectos de su multiforme acción pastoral. El objetivo de vuestro simposio es precisamente hacer frente a algunas de estas deficiencias, conduciendo a un atento y documentado análisis sobre muchas de sus intervenciones, sobre todo aquellas que han sido a favor de los hebreos que, en aquellos años, eran atacados en toda Europa, de acuerdo al plan criminal que quería eliminarlos de la faz de la tierra. Cuando alguien se acerca sin prejuicios ideológicos a la noble figura de este Papa, además de quedar impresionado por su alto perfil humano y espiritual, es conquistado por la ejemplaridad de su vida y la extraordinaria riqueza de su enseñanza. Se aprecia la sabiduría humana y la intensidad pastoral que lo han guiado en su largo ministerio y, de modo particular, en la organización de la ayuda al pueblo hebreo.
Gracias a un vasto material documentado que habéis recogido, enriquecido por los múltiples y autorizados testimonios, vuestro simposio ofrece a la opinión pública la posibilidad de conocer mejor y más plenamente lo que Pío XII promovió y realizó a favor de los judíos perseguidos por los regímenes nazista y fascista. Se ve, entonces, que no escatimó esfuerzos, dondequiera que fuese posible, para intervenir a su favor, directamente o a través de instrucciones impartidas a otras personas o a instituciones de la Iglesia Católica. En los trabajos de vuestro congreso se han puesto en evidencia las no pocas intervenciones realizadas por él en modo secreto y silencioso precisamente porque, teniendo en cuenta las situaciones concretas de aquel complejo momento histórico, solo así era posible evitar lo peor y salvar el mayor número posible de judíos. Su valiente y paterna dedicación ha sido reconocida y apreciada durante y después del tremendo conflicto mundial por comunidades y personalidades hebreas que no dejaron de manifestar su gratitud por cuánto el Papa había hecho por ellos. Basta recordar el encuentro que Pío XII tuvo, el 29 de noviembre de 1945, con los 80 delegados de los campos de concentración alemanes que, durante una especial audiencia concedida a ellos en el Vaticano, quisieron agradecer personalmente la generosidad que el Papa demostró hacia ellos, perseguidos durante el terrible período del nazismo y fascismo.
Gentiles señoras y señores, gracias por vuestra visita y por el trabajo de investigación que estáis realizando. Gracias a la Pave the Way Foundation por la constante acción que despliega favoreciendo las relaciones y el diálogo entre las distintas religiones, de modo que ellas ofrezcan un testimonio de paz, de caridad y de reconciliación. Es mi vivo deseo que este año, que recuerda el 50º aniversario de la muerte de mi venerado Predecesor, ofrezca la oportunidad de promover estudios más profundos sobre diversos aspectos de su persona y actividad, para llegar juntos al conocimiento de la verdad histórica, superando así todo prejuicio. Con estos sentimientos, invoco la bendición de Dios sobre vosotros y sobre los trabajos de vuestro simposio.
Es para mí un verdadero placer encontraros al término del importante simposio promovido por la Pave the Way Foundation, que ha contado con la participación de eminentes estudiosos para reflexionar juntos sobre la generosa obra realizada por mi venerado Predecesor, el Siervo de Dios Pío XII, durante el difícil período del siglo pasado, en torno a la segunda guerra mundial. A cada uno dirijo mi más cordial bienvenida. Saludo, en modo particular, al Señor Gary Krupp, Presidente de la Fundación, y le agradezco los sentimientos expresados en nombre de todos los presentes. Le agradezco por la información que me ha dado sobre cómo se han desarrollado vuestros trabajos en este simposio, en el que habéis analizado sin preconceptos los eventos de la historia, únicamente preocupados por buscar la verdad. Mi saludo se extiende a cuantos están unidos a vosotros en esta visita, y aprovecho la ocasión para enviar mi cordial saludo a vuestros familias y personas queridas.
Durante estos días, vuestra atención se ha dirigido a la figura y a la infatigable acción pastoral y humanitaria de Pío XII, Pastor Angelicus. Ha pasado medio siglo desde su piadosa muerte, que ocurrió aquí en Castelgandolfo, en las primeras horas del 9 de octubre de 1958, después de una enfermedad que redujo gradualmente su vigor físico. Este aniversario constituye una importante oportunidad para profundizar el conocimiento sobre él, para meditar su rica enseñanza, y para analizar completamente su obra. Mucho se ha escrito y se ha dicho de él en estas cinco décadas y no siempre se han puesto en su justa luz los verdaderos aspectos de su multiforme acción pastoral. El objetivo de vuestro simposio es precisamente hacer frente a algunas de estas deficiencias, conduciendo a un atento y documentado análisis sobre muchas de sus intervenciones, sobre todo aquellas que han sido a favor de los hebreos que, en aquellos años, eran atacados en toda Europa, de acuerdo al plan criminal que quería eliminarlos de la faz de la tierra. Cuando alguien se acerca sin prejuicios ideológicos a la noble figura de este Papa, además de quedar impresionado por su alto perfil humano y espiritual, es conquistado por la ejemplaridad de su vida y la extraordinaria riqueza de su enseñanza. Se aprecia la sabiduría humana y la intensidad pastoral que lo han guiado en su largo ministerio y, de modo particular, en la organización de la ayuda al pueblo hebreo.
Gracias a un vasto material documentado que habéis recogido, enriquecido por los múltiples y autorizados testimonios, vuestro simposio ofrece a la opinión pública la posibilidad de conocer mejor y más plenamente lo que Pío XII promovió y realizó a favor de los judíos perseguidos por los regímenes nazista y fascista. Se ve, entonces, que no escatimó esfuerzos, dondequiera que fuese posible, para intervenir a su favor, directamente o a través de instrucciones impartidas a otras personas o a instituciones de la Iglesia Católica. En los trabajos de vuestro congreso se han puesto en evidencia las no pocas intervenciones realizadas por él en modo secreto y silencioso precisamente porque, teniendo en cuenta las situaciones concretas de aquel complejo momento histórico, solo así era posible evitar lo peor y salvar el mayor número posible de judíos. Su valiente y paterna dedicación ha sido reconocida y apreciada durante y después del tremendo conflicto mundial por comunidades y personalidades hebreas que no dejaron de manifestar su gratitud por cuánto el Papa había hecho por ellos. Basta recordar el encuentro que Pío XII tuvo, el 29 de noviembre de 1945, con los 80 delegados de los campos de concentración alemanes que, durante una especial audiencia concedida a ellos en el Vaticano, quisieron agradecer personalmente la generosidad que el Papa demostró hacia ellos, perseguidos durante el terrible período del nazismo y fascismo.
Gentiles señoras y señores, gracias por vuestra visita y por el trabajo de investigación que estáis realizando. Gracias a la Pave the Way Foundation por la constante acción que despliega favoreciendo las relaciones y el diálogo entre las distintas religiones, de modo que ellas ofrezcan un testimonio de paz, de caridad y de reconciliación. Es mi vivo deseo que este año, que recuerda el 50º aniversario de la muerte de mi venerado Predecesor, ofrezca la oportunidad de promover estudios más profundos sobre diversos aspectos de su persona y actividad, para llegar juntos al conocimiento de la verdad histórica, superando así todo prejuicio. Con estos sentimientos, invoco la bendición de Dios sobre vosotros y sobre los trabajos de vuestro simposio.
2 comentarios:
Es interesante que la versión oficial en inglés llama a Pío XII "amado" predecesor, y la traducción al italiano solo lo llama "venerable" predecesor...
Me encantó el discurso de BXVI.
Muy justa observación. Gracias.
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