17 de enero de 2010

¿Milagro de Pío XII? Noticia en el día en el que Benedicto XVI ha dicho en la Sinagoga que Pío XII socorrió a los judíos



Curación milagrosa atribuida a Pío XII en Castellamare di Stabia. La curia diocesana: “Es verdad. Nos ha informado el Vaticano”. El Obispo establece el Tribunal diocesano para valorar el caso


Por: Gianluca Barile


Castellmmare: ¿milagro al pie del Vesubio?


Ciudad del Vaticano.– Nuestro periódico, tras haber efectuado una serie de verificaciones, está en posición de ofrecer una exclusiva a nivel mundial: el Vaticano se está ocupando de un presunto milagro, ocurrido hace pocas semanas, atribuido a la intercesión de Pío XII.

Ha sido curada prodigiosamente de un mal incurable después de haber rezado al papa Pacelli una persona de Castellamare di Stabia (provincia de Nápoles), ante el estupor de los médicos, que han podido constatar la regresión del cáncer que padecía sin saber ni poder dar una explicación científica. La persona en cuestión tomó papel y pluma y, adjuntando su expediente clínico, escribió a la Santa Sede refiriendo su propia vivencia. Considerando que el testimonio era atendible, el Vaticano pidió inmeditamente al arzobispo de Sorrento-Castellammare di Stabia, Mons. Nicola Cece, instalar el Tribunal archidiocesano para convocar a la persona interesada, recabar todos los documentos, emitir una primera valoración y enviar el expediente a la Congregación para las Causas de los Santos. Será este último organismo, en efecto, a través de un estudio teológico y médico-científico de la documentación, el que establezca si la curación que la persona en cuestión atribuye a Pío XII es o no sobrenatural. Entonces corresponderá al Papa inscribir al Pastor Angelicus en el catálogo de los Beatos. Para la canonización, sin embargo, hará falta otro milagro.

De momento no nos es dado saber si el protagonista es hombre o mujer, pero el mal prodigiosamente desaparecido después de haber invocado a Pío XII sería un cáncer. De todo habría sido informado ya el relator de la causa de beatificación, el Padre Peter Gumpel, S.I. La noticia del presunto milagro llega a casi un mes de la aprobación del decreto de virtudes heroicas del papa Pacelli por parte de Benedicto XVI y ha sido confirmada por el vicario general de la archidiócesis de Sorrento-Castellammare di Stabia, Don Carmine Giudici: “Es verdad todo. La Santa Sede nos ha comunicado que fue contactada por un fiel de nuestra diócesis que sostiene de haber obtenido un milagro por intercesión de Pío XII. El Arzobispo ha decidido, por tanto, instituir el correspondiente tribunal diocesano”. Naturalmente, la cautela es obligatoria, pero después de haber dado una ojeada “informal” a la historia clínica del habitante de Castellammare di Stabia que proclama el milagro, parece que existen de verdad todos los elementos y las condiciones para llegar, a través de esta curación, a la beatificación del Pastor Angelicus. Un papa amadísimo por el pueblo cristiano, aunque muy criticado por amplios sectores de la comunidad judía que lo acusan de haberse culpablemente callado sobre el Holocausto.

Los historiadores y la Iglesia siempre han reiterado con energía que Pío XII escogió la vía del silencio no por complicidad con el régimen de Hitler o por cobardía, sino para no empeorar aun más la situación, es decir, para no empujar a los nazis a perseguir y matar a un número mayor de judíos como represalia contra eventuales denuncias del Obispo de Roma. El pontífice de la Segunda Guerra Mundial prefirió, así, los hechos a las palabras, ordenando a parroquias, conventos, seminarios, monasterios, en fin, a todo tipo de estructura religiosa sometida a su jurisdicción, acoger y proteger a todos los judíos que lo necesitaran. Dentro del mismo Vaticano y de la residencia papal de Castelgandolfo, muchos dependientes eran, en realidad, judíos escondidos por voluntad del Santo Padre. Obra ésta, la de Pío XII, que ayudó, incluso, a la conversión del entonces Gran Rabino de Roma. Obra, sin embargo, que para la comunidad judía, en especial la de Roma, a la que Benedicto XVI ha visitado precisamente hoy*, no es suficiente para cerrar el capítulo de las polémicas. De hecho, en una declaración que siguió a la aprobación del decreto de virtudes heroicas de Pío XII, el director de la Oficina de Prensa vaticana, Padre Federico Lombardi, S.I., quiso precisar que, al declarar Venerable al papa Pacelli, no se pretendía emitir un juicio histórico sobre su acción.

Benedicto XVI, por su parte, nunca ha hecho misterio de su enorme admiración por Pío XII y varias veces ha alabado y resaltado públicamente su diligente compromiso, real y concreto en defensa del pueblo judío, víctima de la barbarie nazi. El decreto sobre heroicidad de virtudes de Pío XII (listo desde hacía dos años y medio, pero firmado por Ratzinger sólo tras ulteriores revisiones) ha sido publicado simultáneamente con el de otro gran Siervo de Dios, Juan Pablo II. Esta circunstancia hizo pensar en un primer momento que la beatificación de ambos papas podría verificarse contemporáneamente. Pero, al contrario de Wojtyla (que será elevado al honor de los altares presumiblemente en octubre de este año), faltaba un milagro parta hacer avanzar el proceso del papa Pacelli. Ahora el milagro podría haber efectivamente tenido lugar, por primera vez desde la muerte de este inolvidable pontífice, ocurrida en 1958, después de una vida intensa consumida al servicio del pueblo de Dios.


*Nota.- A poco de aparecer este artículo, el servicio de información de la Santa Sede ha hecho público el discurso del Santo Padre Benedicto XVI en el curso de su visita a la Sinagoga de Roma (a la que se refiere Gianluca Barile). Pues bien, el Papa, de una manera que todos han podido entenderlo y sin que pueda acusársele de provocación, ha dejado claro Pío XII no se mostró indiferente o inactivo frente al sufrimiento de los judíos perseguidos. He aquí el párrafo donde el papa Ratzinger se pronuncia:

"¿Cómo no recordar en este lugar a los judíos romanos que fueron arrancados de sus casas, frente a estos muros, y con horrendo tormento acabaron muertos en Auschwitz? ¿Cómo es posible olvidar sus rostros, sus nombres, las lágrimas, la deseperación de hombres, mujeres y niños? El exterminio del pueblo de la Alianza de Moisés, primero anunciado y después sistemáticamente programado y llevado a cabo en la Europa bajo dominio nazi, llegó aquel día trágicamente también a Roma. Por desgracia, muchos permanecieron indiferentes, pero otros muchos, católicos italianos entre ellos, sostenidos por la fe y las enseñanzas cristianas, reaccionaron con coraje, abriendo sus brazos para socorrer a los judíos perseguidos y fugitivos, a menudo con riesgo de la propia vida, mereciendo así una perenne gratitud. También la Sede Apostólica desarrolló una acción de socorro, frecuentemente escondida y discreta”.

La Sede Apostólica o Santa Sede es una expresión que ha sido siempre entendida como la posición del Papa en tanto cabeza suprema de la Iglesia Católica. De hecho es el Papa o Romano Pontífice su titular. Por extensión, Santa Sede se refiere al gobierno central de la Iglesia, conformado por el Papa y la Curia Romana. De modo que, decir que la Sede Apostólica ayudó a los judíos en los trágicos tiempos de la persecución y el exterminio equivale a decir que fueron Pío XII y sus colaboradores, lo que la Historia confirma. ¡Magníficas palabras del sabio Benedicto XVI!


1 comentario:

APU dijo...

Buenos Aires, Enero 18., A. D. 2010

Sr. Julio Algañaraz
Corresponsal de Clarín en Roma

Acerca de la visita de S. S. Benedicto XVI a la sinagoga de Roma y orando por la pronta beatificación de S. S. Pío XII, le hablo del papa actual y también del Venerable Mons. Eugenio Pacelli. Ese a quien el rabino Dahlin defiende en “El mito del papa de Hitler”.

Me gustaría leer una nota suya en la que explique cómo hizo la Iglesia para introducir secretamente en la Alemania nazi la Encíclica “Mit Brennender Sorge”, el Domingo de Ramos de 1937, leída en cada templo católico ese histórico día. Quién fue el numen de la redacción y distribución de ese documento firmado por S. S. Pío XI, cómo cayó en Berlín, etc.


¿Leyó la conversión de Israel Zolli, el rabino de Roma? ¿Sabe por qué eligió Eugenio como nombre de bautismo cristiano?


Dice Usted que “el Papa levantó hace un año las excomuniones de cuatro obispos cismáticos del grupo Lefebvre... Uno... es el inglés Richard Williamson, quien negó por televisión el Holocausto de los judíos por los nazis...”.

¿Lo de “grupo Lefebvre” es un modismo del estilo de “Grupo Clarín” o “Grupo de los Siete”?

Mons. Richard Williamson no negó la cuestión de los judíos. Él relativizó la magnitud del problema.
El vocablo Holocausto vale para el único con mayúscula, el deicidio del Viernes Santo, la crucifixión de Nuestro Señor Jesucristo, con ocasión del accionar de los “hermanos mayores” de entonces y fervientemente impulsado por su comando religioso(el “Rabinato” actual), cuyos líderes popusieron al gobernador romano la ejecución de un de antemano condenado par suyo (un judío) mediante el método más odiado por ellos mismos, en vez de lapidarlo, conforme la pena a los blasfemos (Deut., cap. 16). Cuando peco, ofendo a Dios, como en la turba (“¡Crucifícale!”). Participo del deicidio.

Defiendo al Papa: “La Santa Sede desarrolló una acción de socorro, muchas veces escondida y discreta". Me gustaría ver a Usted escribiendo sobre a cuántos hombres salvo Raoul Wallenberg, u Oskar Schindler, y Pío XII.

Me imagino Usted conocerá las reacciones de los notables judíos al fallecer Pío XII... Antes de la “leyenda negra”.

Dice Usted que el Papa recordó que la Iglesia deploró "las faltas de sus hijos..., pidiendo perdón por todo lo que haya favorecido de algún modo las plagas del antisemitismo y el antijudaísmo". ¿Tiene el Vicario de Cristo que seguir apilando pedidos de perdones? ¿Ante quién? ¡Por el amor de Dios!


Cuando el Papa polaco visitó esa misma sinagoga y surgió la infelizmente difundida expresión “Nuestros hermanos mayores en la Fe”, ¿se refería a judíos como el rabino Giuseppe Laras, quien se negó a asistir por estar en contra de que Benedicto XVI haya firmado el reconocimiento de las “virtudes heroicas” de Pío XII? ¿Fueron “hermanos mayores” Abraham, Isaac, Jacob, José, David, Esther, Melquisedec, Ruth, Simeón y la vidente Ana? ¿O el ejemplo es la línea del cardenal Lustiger, Kasper, von Baltasar y Rahner?

Agrega Usted que “después de que el rabino jefe de Roma advirtió... que no se podía poner en discusión el Concilio Vaticano II, que abrió las puertas del diálogo de igual a igual entre católicos y judíos, porque no habría más posibilidad de diálogo, el Papa respondió que para la Iglesia el Concilio representa un punto firme, un camino irrevocable de diálogo, fraternidad y amistad hacia los judíos". ¿Cuándo este Papa dijo que el Concilio se iba a poner en discusión? Le faltó subrayar que este Papa es “ultraconservador”.

Finalmente, “las referencias al Concilio y al documento "Nostra Aetate", que levantó las acusaciones seculares contra los judíos de ser responsables de la muerte de Cristo, señalaron el segundo problema que ha envenenado en los últimos tiempos las relaciones hebreas con la Santa Sede…” Lo del deicidio no es inventado pero si sistemáticamente negado (¿El negacionismo básico?).


Alejandro Pérez Unzner